Gracias, de corazón – Testimonio de Andrés

Tras dos años en el Equipo PJV_Spain, con el corazón agradecido y con la misión en el corazón, Andrés concluye su servicio en el Equipo. Él nos promete seguir colaborando. Nosotros, agradecidos por su entrega generosa, su alegría contagiosa, y su fortaleza de espíritu, le agradecemos lo compartido y prometemos rezar por él. ¡Gracias!
Aquí os dejamos el testimonio que ha querido compartir con todos nosotros y un vídeo-resumen que hemos preparado para él:

«En estos primeros días de septiembre, en los que poco a poco voy situándome en mis nuevas obligaciones y quehaceres, vienen a mi mente multitud de recuerdos agradecidos de estos dos años en el Equipo de PJV. Al echar la vista atrás le doy muchas gracias a Dios por tanto bien recibido.

Durante este tiempo he tenido el privilegio de acercarme muy estrechamente a la vida de muchas personas, de compartir heridas y alegrías, sueños y anhelos… y, sobre todo, de compartir la fe en Jesús de Nazaret. Jamás pensé que, al término de esta experiencia, pudiese concluir con la certeza de tener tantos “amigos en el Señor”.

He tenido el privilegio de compartir la fe en Jesús de Nazaret

Marcho enormemente agradecido, con el corazón cargado de nombres, con el compromiso de permanecer unido en la oración, y con el deseo de seguir participando y colaborando activamente en la misión que nos une a todos los que formamos parte de la familia claretiana de Fátima. Si algo tengo claro después de estos años, es que nada de lo que hace el Equipo es posible sin vosotros. No existe Equipo sin jóvenes. No existe Equipo sin APJs. Por eso, desde aquí, os traslado mi agradecimiento sincero por todo lo que hacéis para que la misión juvenil evangelizadora del Equipo sea una realidad.

Gracias a los Misioneros Claretianos, por todo vuestro cariño y acogida, por haberme brindado esta oportunidad. De un modo especial: gracias Tomas, gracias Michel, gracias Martín. ¡Ha sido un placer compartir misión con vosotros! Gracias a los APJs, siempre me habéis hecho sentir querido y cuidado en todos los lugares. Gracias a los jóvenes, por vuestra confianza y vuestro respeto, he aprendido mucho de vosotros.

Gracias, gracias, gracias…

Sabiendo que la vida es un continuo fluir, que todo pasa, que nada ni nadie nos pertenece, y que no hemos de aspirar a nada más que a ser un agradable “lugar de paso, de descanso, de paz…” para el prójimo, me despido alegre; con la conciencia de quien siente que, con sus fallos y sus aciertos, ha ofrecido su mejor versión y ha puesto su mayor empeño e ilusión en todo lo que ha hecho.

Ser un agradable lugar de paso, de descanso, de paz para el prójimo

Gracias a todos, de corazón.

Andrés